Viajemos en el tiempo hasta dónde
empezó todo.
Con diez años pisas el primer
campo de fútbol para divertirte con tus amigos del barrio. ¿Sentías ya que la
portería era tu sitio?
- La verdad
que la primera vez que me puse en la portería fue casualidad, al ser el más
grande y alto de mis amigos, así que me
tocó ponerme bajo palos luego viendo que se me daba bien la cosa continuó
adelante.
¿Sigue estando en ti aquel niño
de Moratalaz?
-
La verdad que nunca se ha ido, una parte de mi sigue siendo el niño que se
divertía para jugar al fútbol, la única diferencia que ahora es una competición
nacional
Aunque el barrio duró poco, ya
que a los dos años, te ficha uno de los grandes de la capital, el Atlético de
Madrid. ¿Qué supuso ese cambio para el Iván de doce años?
-Para mi era algo nuevo y lo afronte con algo de miedo, empecé en esto por jugar con mis amigos y ahora me marchaba para competir y aprender en uno de los clubes que estaré eternamente agradecido porque me formé como futbolista.
¿Recuerdas como se lo tomó tu entorno?
-Todos me felicitaban y yo no lo entendía porque me iba a otro sitio a jugar con otra gente, más adelante lo acabe entendiendo ya que son pocos los afortunados que lo consiguen.
Toda tu etapa formativa la pasaste en el Atleti. Has crecido entre las rayas rojiblancas. ¿Cómo es el Atlético de Madrid en sus entrañas?
-El Atlético de Madrid dentro es un sentimiento que engancha y te llega al corazón, de esa forma al defender el escudo todos tenemos sentimiento de club y salimos a defender algo de lo que nos sentimos partícipes.
Recuerdo que, hablando con tu padre, me comentó que te ha visto cada partido, y que dónde más ha disfrutado fue en División de Honor. ¿Qué te viene a la cabeza cuando recuerdas aquella época en la mejor categoría del país, y posiblemente entre las mejores del planeta en esas edades?
-Para mi era un sueño jugar representando al
Atlético De Madrid por toda España fue algo que no puedo explicar con
palabras, es un sueño poder jugar en
División de honor además los 3 años de juvenil FUÍ UN PRIVILEGIADO
Comienza el fútbol adulto,
pasando a formar parte del AD Alcorcón, empezando por su filial en
Preferente. ¿Cómo era la Preferente
madrileña en 2002?
- Era muy dura y los filiales y gente joven teníamos que adaptarnos muy rápido, por lo que rápidamente debíamos competir con equipos muy duros muchos de ellos con presupuestos muy altos y con jugadores de categoría muy superiores. Pero es yo creo que la etapa más difícil para un futbolista.
Muy joven, promocionas a la plantilla del primer equipo del AD Alcorcón, situado en la categoría de bronce. ¿Cómo era entonces tu carácter? ¿Cómo gestionaste emocionalmente el pasar de ser un niño en la que fue su casa desde los diez años, a competir en División de Honor, y en apenas un año verte en Segunda B?
-Mi carácter siempre ha sido muy duro desde bien pequeño, me costó mucho gestionar pasar de ser un niño jugando en división de honor a salir por Alcorcón y ser conocido. Es una etapa difícil que si no tienes madurez deportiva se puede ir tu cabeza y estropear todo el trabajo que llevas hasta ese momento. Pero es una experiencia gratificante el ser conocido y representar un escudo tan grande como el de Alcorcón.
De Alcorcón a Villalba, en Tercera División, lugar a dónde has vuelto recientemente. ¿En qué piensas cuando lo haces en Tercera División?
- En ese momento el contrato que me ofrecían en Villalba era muy bueno con opción a jugar y nunca me ha importado dar un paso atrás para luego coger impulso y seguir creciendo.
Y de ahí a Preferente en Coslada, donde empezó tu fútbol adulto. ¿Cómo fue el volver a Preferente siete años más tarde?
-Fue un poco duro porque en Villalba ocurren cierto problemas extradeportivos por temas económicos y al final de temporada dada la situación del equipo y pese a salvarlo del descenso no se abren muchas puertas en 3a división, ahí me llama el Coslada con un proyecto muy ambicioso y conociendo a mi ex entrenador de Villalba Javier De Lucas no me lo pienso.
No duró mucho, ya que conseguís el ascenso a Tercera Divisón, donde vuelves a jugar tres años, pasando también por uno de los equipos de moda de Madrid, el Rayo Majadahonda, recientemente ascendido a Segunda. ¿Cómo era el Rayo Majadahonda en aquel entonces?
-Pues del Majadahonda te puedo decir que se nota cuando un club lo gestiona gente de fútbol, allí te hacen sentirte importante y hacen que tengas todas las comodidades posibles. Es UN GRAN CLUB QUE SE MERECE ESTAR DONDE ESTÁ.
¿Qué sentiste hace unos meses cuando Iriondo y su cuadrilla se alzaron a la categoría de plata?
-Me sentí muy feliz y lo célebre tanto por
el club como por amigos que estaban en el equipo y sobre todo por su míster
Iriondo
Estos años en tercera, coinciden
con una llamada muy importante en tu carrera.
¿Cómo fue esa llamada del seleccionador madrileño para jugar el campeonato nacional representando a tu ciudad? ¿Qué recuerdos tienes?
- Para mi fue una de las cosas más bonitas, poder defender el escudo de tu comunidad es un orgullo. Cuando me llamaron me puse a dar saltos de alegría (menos más que era una llamada y no me vieron jarana) Era un honor representar a mi Comunidad.
Venga, que se que te gusta mojarte. Cuenta alguna anécdota durante la concentración con la selección.
- La verdad
que las típicas que puede haber en un equipo de fútbol, lo que si me llamaba la atención era que en
los primeros entrenamientos p
ese a no conocernos y sen rivales de categoría
había una intensidad y una complicidad muy buena.
¿Cómo era el vestuario? ¿Qué
papel tenía el ego en aquellos jugadores de tanto nivel?
-Al ser gente toda de 3a división de la misma categoría era todo muy cordial riéndose de algunos piques entre alguno en algún partido antes de ir con la selección.
En un breve periodo de tiempo
pasas de formar parte de tu selección autonómica a que, durante la temporada en
Torrelodones, sufrieras una rotura del hombro. Según el cirujano que te
intervino, no volverías a jugar al fútbol nunca más. Pero el Siete Picos te da
la oportunidad de entrenar con ellos, y tras meses y meses de sesiones triples
de rehabilitación, vuelves a competir a buen nivel.
¿Qué aprendiste de estar en tu
mejor momento, a posiblemente tener que dejar el fútbol?
-Para mi ha sido el peor momento en mi carrera deportiva, pasar de tanto a casi tener que dejarlo fue uno de los mayores palos que me ha dado el destino. Pero gracias a mi familia y a mi mujer aguantando días de mal humor, lloros y malas contestaciones conseguí salir de esa espiral de negatividad y volver a coger las riendas de mi carrera.
¿Qué te lleva a seguir adelante pese a lo que te dijera el médico?
-Pues sinceramente aunque con mucho miedo a volver y a escuchar comentarios de que estaba loco, el pensar una vIda sin fútbol NO ENTRABA EN MI CABEZA
¿Qué papel tuvo tu familia y la gente de tu entorno en todo esto? ¿Cómo se lo tomaron?
-Pues tienen un papel fundamental porque el
bajón anímico fue muy alto y sin ellos no hubiera salido adelante.
No sólo vuelves a competir a alto nivel, si no
que en tu tercera temporada en Siete Picos, vuelves a recibir la llamada del
seleccionador autonómico. ¿La recompensa a tanto esfuerzo en forma de llamada?
-Para mi es una grandisima noticia ya que era la recompensa a todo el trabajo para volver a competir en alto nivel, noches y tardes llorando de dolor tuvieron en ese momento significado y valor. Para mi personalmente era saber que había conseguido vencer a la lesión y que estaba a un nivel bueno otra vez
¿Qué destacarías de aquella selección?
- Todo fueron todo jugadores de 3a división a excepción mía que era jugador de preferente, yo me quede a las puerta de ir al campeonato en Asturias, pero para mi el premio ya había llegado con esa preseleccion.
Idas y venidas. Fútbol, como la vida misma. Fichas por un club histórico, el Puerta Bonita, y vives su parte más amarga. Pero entonces fichas por el Tres Cantos, tu club actual mientras el Puerta Bonita se descompone poco a poco hasta morir. Desde tu punto de vista, ¿Cómo fue el suceso?
- Fue un caso lamentable con una gestión lamentable, los jugadores fuimos totalmente engañados y en su momento me dolió pero me parece que gente así gestionando un club es una muerte anunciada, porque los que lo dirigen son unos impresentables y los que pagan las consecuencias son los socios, actualmente siguen allí y espero que por el bien del fútbol madrileño desaparezca esa gentuza porque son la lacra del fútbol y se han cargado un equipo tan emblemático como era el Puerta Bonita.
Un nuevo camino que salió bien. Fuiste una de las piezas claves en el Tres Cantos que os llevó a Tercera División, y a manteneros un año más. ¿Cómo viviste tu último ascenso?
-Después de lo vivido para mi fue muy especial, nos juntamos un grupo de profesionales y de personas que aunque veteranos muchos de ellos continuamos con hambre de fútbol y lo vivido en aquella temporada es algo histórico e irrepetible. Seguimos manteniendo el grupo de whatsap y somos como una familia.
Aunque esta temporada no estáis en vuestro mejor momento. ¿Por qué crees que es?
-Pues influyen muchos factores, el primero y más importante somos los futbolistas los principales responsables de esta situación negarlo sería cínico. Pero también influye una malisima gestión de temporada por parte de l club y eso unido al acuerdo desastroso de filialidad donde ambos club buscan objetivos diferentes hacen que nosotros nos veamos donde estamos a dia de hoy.
¿Qué nos puedes contar sobre el convenio del Tres Cantos, con un equipo en Segunda, el Rayo Majadahonda?
-Pues que es un acuerdo donde no se han
hablado claramente ambos club, tanto Tres Cantos como Rayo Majadahonda con este
acuerdo buscaban fines totalmente diferentes y en ningún momento la claridad se
ha impuesto a la tozudez por ambas partes.
Y ahora, ¿qué? ¿Qué tienes en
mente? ¿Qué le deparará a aquel niño indio en este cuerpo adulto próximamente?
¿Te veremos entrenando con la máscara día tras día durante el próximo verano?
-Pues ahora a continuar, cada año que pasa me veo mejor físicamente y psicologicamente. También me cuido más y entreno más cada año para estar a un nivel óptimo y poder competir a un nivel profesional. Mi ilusión sigue intacta y siempre deseo más y tengo a mis casi 35 años mucho hambre de fútbol con ganas de seguir aprendiendo y compitiendo.
Balón a Tierra. De la nada a convertiros en un medio de comunicación referente en el fútbol madrileño. ¿Qué es para ti este proyecto?
-Este proyecto lo empecé de la mano de mi gran amigo Roberto Diaz y hemos querido hacer que los jugadores semiprofesionales se sientan importantes. Para Balón A Tierra y para nosotros, los club, jugadores y todo lo que rodea el fútbol madrileño son nuestro Messi o Cristiano Ronaldo, nuestro Real Madrid o Atlético de Madrid. El FÚTBOL MADRILEÑO SE MERECIA TENER ALGO ASI. Yo lo eche en falta cuando era joven y no quiero que los jóvenes que viene les pase igual
Antes de terminar, me gustaría
saber qué sueños tienes por cumplir, y qué le dirías a Iván, si le vieses en
Moratalaz con diez años jugando con sus amigos.
-Pues si pudiera dar marcha atrás lo ubicó
que cambiaría es salir a jugar fuera de España al fútbol y conocer otras
culturas, creo que es mi tarea
pendiente, por todo los demás estoy muy
orgulloso de mi camino en la carrera deportiva que llevo porque cada peldaño
que he sumado a mi curriculum ha sido con sudor y lágrimas.
Muchísimas gracias por esta gran
entrevista y nos vemos por los campos del fútbol madrileño.
Amaia Mendioroz es una futbolista nacida el 14 de mayo del 1989 que milita en el Rayo Vallecano de Primera División Femenina desde hace 6 temporadas. Esta defensa nacida en Navarra tiene una larga trayectoria futbolística en equipos como el Torrejón, el Lagunak y el Amaya.
Miguel Mendioroz es un futbolista de 21 años procedente de Navarra. Este joven portero fichó este verano por el Rayo B de Tercera División de Madrid, club en el que desde hace varios años también juega su hermana mayor. Además, nada más llegar a Madrid comenzó la pretemporada con el primer equipo del Rayo.
Miguel ha estado en equipos como el Tudelano y en las categorías inferiores de Osasuna.
Entrevista con Miguel
A: Este año has fichado por el club en el que se encuentra tu hermana, ¿tuvo que ver que ella estuviera aquí para tomar tu decisión?
M: Si, fue una de las cosas por las que decidí venir aquí.
A: ¿Qué te llevó a venir al Rayo B?
M: En el club anterior no tenía minutos y lo que buscaba para este año era tener opción de jugar, si había suerte en un filial pues mejor, y se me presentó esta oportunidad.
A: ¿Qué fue para ti entrenar con el primer equipo?
M: El entrenar con el primer equipo es un privilegio para cualquier canterano. Te dan la opción de sentirte futbolista profesional, en cada momento intentas aprender lo máximo.
A: ¿Ves alguna diferencia entre el fútbol del País Vasco y el de Madrid? ¿Cuál?
M: Si, tan solo en el número de jugadores federados hay una gran diferencia, esto te permite escoger mejor y que las categorías tengan más nivel.
A: ¿Qué diferencia hay entre estar en filiales como el Osasuna o el Rayo a estar en equipos como el Tudelano?
M: En los filiales normalmente tienes compañeros de tu edad y en equipos como el Tudelano el vestuario es más veterano. Son gente del futbol, que muchos han llegado al fútbol profesional y con los cuales aprendes muchísimo.
A: ¿Crees que es justo que a los porteros se les critiquen más los fallos que por ejemplo a un delantero cuando falla a puerta vacía?
M: Justo no es, pero sí que es verdad que el portero tiene que convivir con esa presión. Cuando un delantero falla una ocasión tiene más gente detrás que puede ayudarle a marcar, el portero cuando falla es el último y hay mucha probabilidad de que termine en gol.
A: ¿Quién es tu ídolo?
M: Iker Casillas
A: Eres un jugador muy joven, ¿te ves llegando al primer equipo del rayo, o a un primera división?
M: Si estoy aquí es porque lucho por ello. Una de las cosas que he aprendido del fútbol es que puede dar muchas vueltas, lo que hoy es negro mañana puede ser blanco y al revés, hay que trabajar siempre sin bajar los brazos.
A: ¿Te ha costado mucho dejar Navarra?
M: Cuesta un poco, al final es la primera vez que salgo de casa y sabía que sería difícil dejar a la familia y a los amigos, pero todo es más fácil teniendo el apoyo de tu hermana aquí.
A: ¿Crees que son compatibles los estudios con el mundo del fútbol profesional o semiprofesional?
M: Creo que hay muchas facilidades que te permiten compaginarlo, pero es un poco duro porque no tienes mucho tiempo para dedicarlo a otras cosas.
A: ¿Cuáles son los 5 equipos que piensas que llegarán arriba de la tabla al final de la liga de Tercera División?
M: Creo que nos meteremos 2 filiales y luego siempre hay equipos como el Alcalá, Móstoles o el Alcobendas Sport que tienen buen equipo.
A: ¿Cómo crees que quedará el Rayo B en la liga?
M: Tenemos un gran grupo para intentar meternos en play off
A: ¿Qué significa para tu familia tener dos futbolistas en la familia?
M: Para mi familia es un orgullo, ya lo era antes cuando mi hermana vino con tan solo 20 años y quien lo iba a decir que con el tiempo íbamos a estar los dos juntos aquí.
Entrevista con Amaia
A: Este año el Rayo ha fichado a tu hermano ¿Qué ha supuesto esto para ti?
AM: Mucha alegría, estar en un filial es una gran oportunidad y encima tenerlo cerca es un regalo, después de tantos años lejos intentaremos disfrutar cada momento.
A: Este año vuestro entrenador se ha ido al Madrid y además de él muchas jugadoras han tomado diferentes caminos que no están ligados al rayo, ¿Cómo afrontáis esta nueva etapa con Irene Ferreras al mando?
AM: Desde aquí les deseo lo mejor. El fútbol es así, entran y salen jugadoras todos los años. El cuerpo técnico viene con mucha ilusión, mantenemos el bloque y unido a los fichajes y a la cantera (que las peques aprietan fuerte) será un año ilusionante.
A: El año pasado tuviste que estar alejada de los terrenos de juego debido a problemas en la rodilla ¿Qué sentiste en esos cuatro meses? ¿Estás recuperada totalmente?
AM: Fue una temporada dura, en mi carrera deportiva nunca había estado lesionada tanto tiempo. Tengo compañeras que valen oro e hicieron que todo pasara más rápido. Ya estoy recuperada, así que trabajaré duro para conseguir mi mejor nivel.
A: Cada vez los equipos femeninos son más fuertes y hacen mejores fichajes ¿nos podrías decir quienes crees que serán los cuatro equipos de la parte alta de la tabla? ¿Cómo crees que quedará el Rayo femenino?
AM: Veo como favoritos al Barcelona, Atlético de Madrid, Athletic de Bilbao y Levante; soy muy competitiva y ¿por qué no el Rayo uno de esos cuatro primeros?, partido a partido, que los resultados nos pongan cuanto más arriba mejor.
A: Antes de venirte a Madrid, jugaste en equipos en Navarra ¿Ves alguna diferencia entre el fútbol madrileño y el navarro?
AM: Hace 11 años cuando vine sí, en navarra era un fútbol más directo con muchas disputas y en Madrid un fútbol más de posesión; pero hoy en día la mayoría de los equipos quieren jugar a tener el balón y ya no se nota tanta diferencia.
A: ¿Qué significa para tus padres tener dos hijos futbolistas?
AM: Ellos están muy orgullosos, desde muy pequeños siempre nos han apoyado. Mi padre jugó al fútbol y es el mayor partícipe de esto. Les debemos todo, porque son los que más han sufrido y se han sacrificado para que hoy estemos donde estamos.
A: Si tuvieras que decir algo a la gente para convencerles de que vieran el fútbol femenino, que por fin está en auge, ¿Qué les dirías?
AM: ahora que tenemos la tele, que nos den una oportunidad, y nos vean porque seguro que les va a enganchar. Creo que cada año crecemos más, y cada vez hacemos un fútbol más atractivo.
A: ¿Qué opinas de que los grandes clubes dejen sus estadios para ciertos partidos femeninos? ¿Os gustaría jugar en el estadio de Vallecas algún día?
AM: Creo que es dar un paso grande, pero antes que eso, creo que tenemos que ir llenando los campos donde verdaderamente jugamos todos los fines de semana. Me encantaría jugar en el estadio de Vallecas, la afición no fallaría y disfrutarían de un gran partido.
A: Tras muchos años en el Rayo, si tuvieras que plantear algo a la directiva para mejorar el club ¿qué les plantearías?
AM: Cada uno tenemos nuestras funciones, yo me dedico a jugar y otros harán otras tareas.
A: ¿Cuál es tu objetivo para esta temporada como futbolista? ¿y el objetivo del rayo femenino como equipo?
AM: personalmente, exigirme al máximo para dar mi mejor versión; y como equipo, crecer cada día porque estoy segura de que el trabajo y el compromiso en equipo nos van a poner en una buena posición.
¿Puede un árbitro ejercer como entrenador? ¿Puede un árbitro formarse como entrenador?
De toda la vida se ha separado la profesión de árbitro de la de entrenador, pero.... ¿por qué? Dicen que no se puede ser juez y parte. Pero, ¿y si un árbitro no dirige partidos en esa categoría en la que entrena ni al club donde colabora?
El fútbol evoluciona constantemente y cada vez los entrenadores, jugadores, árbitros.... están más preparados y tienen más estudio sobre el juego, mucho más análisis, estadísticas, medios, etc. De ahí la importancia que se le da desde el propio Comité de Árbitros que en sus cursos de captación, una de las asignaturas está basada en el conocimiento de los sistemas de juegos y la táctica en el fútbol, y dentro de su programación formativa de las diferentes categorías están establecidas ponencias relativas al conocimiento del fútbol.
También se da mucha importancia a la formación de los entrenadores en el conocimiento de las reglas del juego y de la figura arbitral. De ahí la iniciativa puesta en marcha para que en los cursos de entrenadores sea obligatorio el realizar un número determinado de horas en la dirección de partidos de fútbol-7, algo que sin duda concienciará a los futuros entrenadores de la importantísima y dificilísima labor arbitral.
Un entrenador que haya dirigido partidos como árbitro tendrá una sensibilidad mayor con el colegiado (hay casos y casos) y educará a sus jugadores acercando la figura de ese "enemigo" (para algunos) para que exista una normalidad inexistente actualmente.
Pero, ¿y si es el árbitro el que se forma como entrenador? Pues a priori se me ocurren ventajas también como la sensibilidad con el entrenador por conocer su trabajo, por saber que hay momentos de tensión o de nerviosismo, ese momento en el que el árbitro debe "leer el partido" y esa lectura será mucho mejor cuando sepa decidir si debe amonestar, expulsar o dialogar al entrenador que no se ha comportado correctamente y saber entender el momento en el que ha ocurrido. Lo que de toda la vida se ha llamado “tener mano izquierda”.
Siempre se ha dicho que un árbitro que ha jugado al fútbol generalmente es mejor porque conoce el juego, al jugador y todo lo que rodea un partido. Estaréis de acuerdo conmigo que conocer la táctica, la técnica y todo lo que estudian los entrenadores, que cada día es más, hace que el árbitro conozca más el juego. Esto de “conocer el juego” es lo que muchas veces se les demanda.
Yo creo que un árbitro que ha jugado, que se ha formado como entrenador, que ha dirigido a un equipo y que tiene experiencia en partidos como árbitro.... todo eso posiblemente le ayude a ser mejor porque está conociendo el juego desde todos los puntos de vista posibles.
Pues bien, desde enero de este año, la Comunidad de Madrid, a petición de la Real Federación de Fútbol de Madrid que preside Paco Díez, acordó un cambio en los estatutos para que un árbitro pueda ser entrenador. Todo esto ocurrió gracias a un árbitro que ama este deporte, tiene pasión por entrenar, por arbitrar y quizá si tuviera nivel y menos edad… querría hasta jugar… Una persona que llevaba formándose como entrenador durante años y que tuvo que detener su formación por no poder tener licencia, ya que para acceder al último nivel te exigen una experiencia de seis meses.
Todos esos cambios se llevaron a cabo cuando la Escuela de Entrenadores con Serrano Niño al mando, el Comité de Árbitros con Lesma y en definitiva la RFFM con Paco Díez atendieron y estudiaron un caso muy particular, el de éste que escribe y que por fin ha podido terminar ese ciclo que le ha costado 7 años (cuando normalmente son 3).
Cómo anécdota os contaré que cuando finalmente se hizo el cambio, Serrano Niño, profesor y amigo de un servidor dijo.... "Has abierto la puerta de la formación a mucha gente, te deben toda esa lucha, es la Ley Bosman del arbitraje".
Roberto Díaz Granados
Árbitro de fútbol y ahora.... Entrenador Nacional
Twitter: @Pika2011
Aquí estoy, escuchando a John Mayer sin pegar ojo. Mañana, nos jugamos la vida en el Román Valero, mítico estadio de Segunda División de principios de los setenta, y los nervios se apoderan de mí.
Para comprender mi pasión por el fútbol me remonto al siglo pasado. Por aquel entonces, un humilde carpintero se adentraba por el alcantarillado madrileño hacia el Santiago Bernabéu, para ver los apasionantes duelos de la Copa de Europa de su querido Real Madrid.
Aunque no le recuerdo porque se fue cuando tenía 18 meses de vida, mi abuelo me transmitió su gran pasión sólo con tenerme en sus brazos y ponerme un balón en la mirada.
Fui creciendo y, durante los dulces años de niñez, deseaba que llegara la hora del recreo y poder llevar a la realidad el encuentro que había imaginado y preparado durante la tarde anterior o, en muchas ocasiones, durante las clases de primera hora de la mañana. Al salir del cole, jugábamos el partido de vuelta en la Casa de Campo o en el Parque de Cebreros de Lucero. El pitido final lo indicaba un tropezón con una piedra o un banco; significaba que ya no había luz para jugar. Si el resultado era favorable, era imposible ver, si por el contrario íbamos palmando, me callaba el dolor al golpearme con algo y a por la remontada de infarto.
Encontré la suerte y pronto conocí a mi hermano Sergio Camacho, promesa en los banquillos de la capital, y a muy temprana edad colgué las botas para entrenar a su vera al equipo del barrio. Desde entonces, los sábados y domingos no son lo mismo. Ni el día anterior. Me hierve la sangre por el cuerpo, el corazón bombea al son de la 12 de Boca Juniors, y me imagino hasta a los dos puntas del equipo haciendo la catapulta infernal de los gemelos Derrick.
Vaya el partido como sea, cada llegada del esférico a una de las dos áreas enfría mis extremidades para que el corazón absorba cada mililitro de sangre. Lucho con él, porque le deje una cierta cantidad al cerebro, para que me permita pensar con una pizca de claridad y poder tomar decisiones en caso de necesidad. Y depende del momento, poder transmitir tranquilidad al equipo.
Fin del tiempo estipulado. Si ganamos, hasta los mancos me darán una palmadita en la espalda. Si perdemos, sólo la soledad o un hermano me acompañarán en ese agujero oscuro que parece no tener fin durante las próximas horas; me siento una mierda y busco en cualquier pregunta dónde está la solución.
Si estoy en dicho agujero no hay tiempo para quedarme llorando más que un breve periodo. Dicho periodo es disfrutable. Pienso que la tristeza también forma parte de la vida y se puede saborear. Pero pronto llega el momento de intentar corregir errores levantándome al día siguiente de entrenamiento. Bueno, a mí, mis compañeros, los jugadores con sus diferentes emociones, y a los demás integrantes del club.
De vez en cuando me gusta la derrota porque va de frente, de forma transparente. Te avisa de que hay algo que no funciona. Si he recibido la palmadita, es tiempo de disfrutar de manera fugaz. A mi modo, da igual cómo. No soy de rutinas establecidas; el caso es gozar de ese momento con color especial.
Me encanta la victoria, y más en los últimos suspiros. Creo que ganar en los últimos momentos es de las mejores sensaciones que una persona puede sentir y más si se alza con un objetivo marcado. Pero en exceso es la mayor mentirosa. Todo lo que he recibido es positivo, aunque sepa que el equipo no ha funcionado del todo. En ese momento teatral tienes que salirte a preparar la siguiente función.
He disfrutado y estoy aprendiendo de entrenadores profesionales de diferentes nacionalidades que han llegado hasta ahí con el impulso de ser ex jugadores y otros que han pasado por cada categoría, como Joaquín Caparrós. También los he conocido que han dejado su vida acomodada trabajando en un banco, con pareja, casa y todo el camino a priori sin curvas por delante para irse al extranjero a dedicarse al mundo de los banquillos. Y a otros que no llegan a fin de mes por entrenar a su equipo pero que se esfuerzan y disfrutan como si cada día pisaran Anfield.
Por otro lado, coincidí con “maestros” en aulas, clubes y alrededores de los estadios, quienes frustrados por no llegar donde soñaban o no haber encontrado su verdadera vocación camuflan su frustración con la supuesta realidad. Y los que se aferran a describir el fútbol con literatura perversa y confusa intentando ridiculizar, para mí, lo esencial de este mundo; la sencillez.
Luego están los que no necesitan comillas, aquellos que te transmiten esa pasión tan ardiente que al salir de la conversación te dan ganas de comerte el mundo; Gracias Fran Garrido, Abraham García, Jorge, Iriondo, Guillem Balague, Dani Alonso y Tony Pulis, entre otros, por transmitir tal ilusión abrumadora. También tengo que dar las gracias con los que he compartido cuerpo técnico, por los que esta aventura es genial, o los que hoy son mis amigos por este deporte, que son mi día a día.
La relación aprendizaje y fútbol automáticamente me traslada a Balón A Tierra, programa de radio en el que cada día tengo la suerte de enriquecerme mediante preguntas a nuestros invitados y, por supuesto, de las conversaciones a cualquier hora con mis compañeros.
Pero de los que más he absorbido es de los jugadores. Me quedó claro que tienes que llegarles mediante el conocimiento y el corazón, y que aunque no se comparta idioma, la comunicación no verbal es capaz de hacer lazos. Que hay que ser transparente; que si hay que llorar con ellos, adelante. Que años más tarde, te recuerden los buenos momentos, lo que aprendieron, que te de dediquen un abrazo o que ahora quieran ser entrenadores. Entonces todo está mereciendo la pena.
Ellos son ese humilde carpintero en carne viva.
*Por casualidades de la vida, el partido contra el Moscardó con el que comienzo el texto terminó en victoria por nuestra parte en el último suspiro, y el jugador que saltó al campo 5 minutos lo hizo con más ganas que cualquiera de los otros 15 y nos dimos un abrazo que supo a gloria. Qué lección una vez más. Y cuánto por seguir aprendiendo.